Elías Palti, Misplaced ideas? Political-Intellectual History in Latin America. Nueva York: Oxford University Press, 2024, 218 PP.
Por Manuel Goodbar
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Buenos Aires
Buenos Aires, Argentina
ORCID
https://orcid.org/0009-0004-2716-2453
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 18, N° 35, pp. 268-271
Enero- Junio de 2025
ISSN 1853-7723
La reciente obra de Elías Palti condensa y amplía desarrollos emprendidos a lo largo de una prolífica producción académica, que incluye —pero excede— a un texto de muy similar título aparecido en 2014 en castellano: ¿Las ideas fuera de lugar? Estudios y debates en torno a la historia político-intelectual latinoamericana. Para un libro que pivota en torno a la cuestión de los vínculos entre los universos político-conceptuales de “centros” y “periferias”, el juego de traducciones y desplazamientos en el que se enmaraña esta publicación oxoniense resulta por lo menos sugestivo.
En el prólogo, el historiador argentino despliega —a partir de la referencia a una célebre narración sobre Tales de Mileto contenida en el Teeteto platónico— los fundamentos teórico-metodológicos que signarán su abordaje del pensamiento político latinoamericano. Su objetivo será indagar, en este sentido, no los discursos, sino los fundamentos conceptuales que funcionan como condiciones de posibilidad de dichos discursos, y cuyo análisis los develará siempre aporéticos.
El primer capítulo rastrea el surgimiento de la tradición de la “historia de ideas” regional. A lo largo del mismo, se demuestra cómo la búsqueda incesante de una justificación del sentido del estudio de las ideas latinoamericanas derivaba inevitablemente en un “dead end” (p. 19), dados los límites conceptuales del esquema de “modelos” (europeos) y “desviaciones” (latinoamericanas) sobre el que esta tradición se sustentaba.
A continuación, la obra se divide en dos partes. La primera de ellas (que consta de tres capítulos) se enfoca en las “aproximaciones teóricas” a la quaestio sobre la razón de ser del estudio de las ideas en la región. Los primeros dos capítulos inspeccionan el desarrollo de la filosofía latinoamericana. En el primero, el autor indaga la “línea historicista” de dicha tradición, representada por Arturo Roig. El segundo, por su parte, atañe a la “línea fenomenológica”, encarnada por Rodolfo Kusch y Enrique Dussel. El argumento central de Palti refiere a la recaída de estas construcciones filosóficas en nociones propias de paradigmas conceptuales decimonónicos (una concepción teleológica de la Historia y una metafísica esencialista, respectivamente) que, para la segunda mitad del siglo XX, ya habían sido horadadas por una transformación sustantiva de la episteme occidental, que daría lugar a la “Era de las formas” (p. 70).
El capítulo que cierra esta primera parte está consagrado al análisis de la tradición de los teóricos de la dependencia, y se centra en el debate suscitado a partir del texto clásico de Roberto Schwarz, “Las ideas fuera de lugar”. Una vez más, el autor expone las contradicciones insalvables en las que naufraga el argumento de Schwarz, a las que considera manifestaciones epifenoménicas de un problema teórico-metodológico más profundo: la imposibilidad de resolver la cuestión del “fuera de lugar” de las ideas sobre la base de un análisis semántico de los discursos políticos y, por ende, la necesidad de considerar la dimensión pragmática de toda producción intelectual.
En la segunda sección (compuesta por dos capítulos), el autor sopesa las derivas de la traslación de los marcos teórico-conceptuales de la historia de ideas al quehacer historiográfico. El primer capítulo se centra en el debate en torno a los “orígenes ideológicos” de las revoluciones de independencia hispanoamericanas, y recompone los argumentos de Tulio Halperín Donghi en Tradición política española e ideología revolucionaria de mayo. Para el autor, Halperín Donghi lograría desplazar el eje de análisis del plano de las ideas al de los procesos ideológicos a partir de los cuales dichas ideas se reconfiguran históricamente, lo cual lo asimilaría al tipo de aproximación a la historia de los discursos políticos que el propio Palti defiende.
El último capítulo de la segunda parte se organiza en torno a la llamada corriente “revisionista” de la historia de las revoluciones de independencia —liderada por François-Xavier Guerra—. La argumentación de Palti evidenciará cómo, pese a la pretensión de esta corriente de superar los viejos marcos teleológicos característicos de las historiografías nacionales “románticas” del siglo XIX, los presupuestos en los que se encarama reinstauran una nueva teleología, que eleva al concepto de “Modernidad” al lugar del thélos. Esto demostraría, en última instancia, una pervivencia, en las aproximaciones revisionistas, del añejo esquema de “modelos” y “desviaciones” propio de la historia de ideas.
En suma, Misplaced Ideas? supone una contribución sustantiva al campo de la historia intelectual y conceptual en general, y a los estudios sobre la historia del pensamiento latinoamericano en particular. Su publicación —en inglés y a cargo de una de las casas editoriales más importantes del mundo académico— le otorga un potencial de difusión que facilitará erigirla como una obra de referencia para estudiosos de las más diversas latitudes.