Mariana Canedo (Coord.). Un país
para los porteños: La experiencia del Estado de Buenos Aires (1852-1861). Universidad Nacional
de La Plata: 2023, 555 pp.
Por Matthew Foy
Universidad
Torcuato di Tella
Buenos Aires, Argentina
ORCID
https://orcid.org/0009-0008-5608-8028
PolHis, Revista
Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 18, N° 35, pp. 265-267
Enero- Junio
de 2025
ISSN 1853-7723
ARK CAICYT
https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s18537723/a87ahp2by
Este libro coordinado por
Mariana Canedo y publicado en 2023 por la editorial de la Universidad Nacional
de La Plata representa uno de los esfuerzos historiográficos más exhaustivos y
actualizados por desentrañar las múltiples aristas de la experiencia soberana
de Buenos Aires. Está compuesto de quince ensayos temáticos, cuyo objetivo es
brindar una comprensión más acabada de los procesos políticos abiertos en
Buenos Aires tras la batalla de Caseros, así como presentar la realidad
política de la Confederación Argentina, la evolución demográfica del Estado de
Buenos Aires y sus características financieras y económicas, temas trabajados
respectivamente por Raquel Bressan, José Mateo y
Antonio Galarza. Los investigadores e investigadoras que formaron parte de este
proyecto aportaron trabajos especializados sobre sus respectivos temas de
investigación, proporcionando así una valiosa síntesis de la historia de Buenos
Aires durante la década de 1850.
Como señala Canedo en
la introducción, la compilación se inscribe en el corpus bibliográfico surgido hacia fines de la década de 1990,
cuando aparecieron estudios específicos sobre el Estado de Buenos Aires. Esta
renovación temática se refleja tanto en las cuestiones abordadas como en uno de
los ejes que articula el libro, que gira en torno a los esfuerzos de la elite
porteña por institucionalizar y consolidar el Estado en todo su territorio,
especialmente en la campaña. Este aspecto clave da cuenta de la preocupación de
la dirigencia porteña por controlar efectivamente el interior de la provincia,
sobre todo a raíz del levantamiento de Hilario Lagos en diciembre de 1852,
acontecimiento analizado por María Fernanda Barcos.
Los
esfuerzos porteños por afianzar el control estatal encuentran en la
constitución del Estado de Buenos Aires, sancionada en abril de 1854, su
expresión paradigmática. Esta ley fundamental tuvo implicancias sumamente
relevantes para el funcionamiento político e institucional: modificó el estatus
jurídico de Buenos Aires que, como señala Mariano Aramburo, pasó de ser una
provincia a un Estado que se reservaba para sí el ejercicio de su soberanía
interna y externa; condicionó los vínculos entre la sociedad, el Estado y la
Iglesia en lo referido a la libertad religiosa y al financiamiento
eclesiástico, temas abordados por Roberto Di Stefano. Asimismo, proclamó el
régimen municipal, el cual buscó afianzar el ejercicio de la soberanía porteña
en la campaña bonaerense y presentó desafíos para el entramado
jurídico-institucional existente, como analiza Canedo; estableció la
arquitectura institucional del gobierno porteño y los mecanismos electorales
que la legitimaban, temas abordados por Ignacio Zubizarreta y Vicente
Galimberti respectivamente; y, finalmente, definió las atribuciones militares
del gobernador y de la Asamblea Legislativa, como examina Leonardo Canciani. En pocas palabras, la constitución del Estado de
Buenos Aires epitomiza el compromiso de la dirigencia porteña por consolidar el
Estado a través de la construcción de diferentes mecanismos institucionales.
El
segundo eje que articula el libro se vincula con la forma en la que los actores
se adaptaron al nuevo contexto político tras la caída del régimen rosista. Si
bien esta temática es trabajada en muchos de los capítulos ya mencionados,
cobra centralidad en algunos aún no presentados. Por ejemplo, en el elaborado
por Guido Cordero, quien analiza la compleja estrategia que persiguieron los
diferentes caciques indígenas, como Calfucurá, cuando
el esquema del negocio pacífico de indios vigente durante el rosismo se rompió
y los malones comenzaron a utilizarse como una demostración de fuerza. También
está presente en el capítulo de Valeria Pita, quien historiza
la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires y problematiza tanto el creciente
rol público de las mujeres como las nuevas estrategias políticas internas que
emergieron tras el rosismo. En lo referido a la política de tierras, Valeria D’Agostino muestra las tensiones entre la necesidad de
reparar los “desórdenes e injusticias” heredados del rosismo y la consolidación
de un nuevo régimen de propiedad. Fabio Wassermann,
por su parte, presenta la relación entre la prensa y la política durante la
década de 1850 y destaca la diferencia de la libertad de prensa vis a vis en el período rosista. Por
último, Alejandro Eujanian aborda el peso que el
pasado reciente -tanto el rosismo como la Revolución de Mayo y la “feliz
experiencia” rivadaviana- tuvo en las disputas entre
las facciones porteñas. En suma, el legado rosista y la forma en que buscó
procesarlo la dirigencia porteña en los años de 1850 constituye un elemento
central del libro.
Aunque todavía quedan aspectos por estudiar -como la política exterior del Estado porteño- esta obra provee un panorama general y actualizado sobre una amplia gama de temáticas que marcaron la experiencia soberana de Buenos Aires en la década de 1850. Cumple así con la propuesta de los y las autores, de aunar de manera sintética los numerosos trabajos dispersos sobre el Estado de Buenos Aires para lograr una comprensión más integral de esta coyuntura clave en el proceso de construcción del Estado nacional argentino.