los tiempos políticos de las derechas en la provincia de buenos aires (2003-2015)
AGUSTÍN EZEQUIEL ZUCCARO
Instituto de Estudios en Trabajo Social y Sociedad
Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de La Plata
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
La Plata, Buenos Aires
Argentina
https://orcid.org/0000-0002-2919-6305
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 18, N° 35, pp. 184-211
Enero – Junio de 2025
ISSN 1853-7723
ARK CAICYT
https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s18537723/k7q2d1r8k
Fecha de recepción: 29/11/2024 - Fecha de aceptación: 26/06/2025
Resumen
El trabajo aborda el recorrido electoral de las derechas políticas en la provincia de Buenos Aires a raíz de la reconstrucción de los resultados a gobernador, diputados, senadores e intendentes. Se ofrece un análisis que identifica las diversas temporalidades que atravesaron los actores políticos ubicados en este espectro del campo ideológico en la arena de competencia subnacional. De esta manera, el artículo señala tres tiempos que transcurren entre el post estallido de 2001 hasta la victoria de la coalición “Cambiemos” en 2015: la competitividad, la marginalidad y la centralidad. Tales estratos temporales, a su vez, están anudados con dinámicas y procesos específicos que dan cuenta de su fragmentación, inestabilidad y relativa persistencia.
Palabras Clave
Derechas – elecciones – Provincia de Buenos Aires – temporalidades – política.
the political times of the right of the province of buenos aires (2003-2015)
Abstract
The work addresses the electoral journey of the political right in the Province of Buenos Aires following the reconstruction of the results for governor, deputies, senators and mayors. The analysis identifies the various temporalities the political actors belonging to this spectrum of the ideological field, went through in the arena of subnational competition. Therebefore, the article points out three times that pass that took place between the post-burst of 2001 until the victory of the Cambiemos coalition in 2015: competitiveness, marginality and centrality. Such temporal layers, in turn, will be tied with specific dynamics and processes that account for their fragmentation, instability and relative persistence.
Keywords
The Right – elections - Province of Buenos Aires – temporalities – policy.
los tiempos políticos de las derechas en la provincia de buenos aires (2003-2015)
Introducción
El trabajo aborda el recorrido electoral de las derechas en la provincia de Buenos Aires[1] (PBA). En este sentido, pretende aportar al campo de estudio sobre las derechas políticas y los análisis políticos subnacionales en diversos sentidos: primero, en la dirección de aquella línea de investigación que indaga el desenvolvimiento de estos actores a nivel nacional y/o regional (Bohoslavsky y Morresi, 2011; Barolin, 2017; Luna y Rovira, 2021; Morresi, 2023; Semán, 2023; Gene, 2024; Tagina, 2024); segundo, a la bibliografía que ha realizado estudios de caso (Vommaro, Morresi y Belloti, 2015; Bohoslavsky y Morresi, 2016; Vommaro, 2017). Por último y, especialmente, en el curso de los trabajos que reconstruyen su construcción de poder en territorios subnacionales (Mauro, 2015; Mauro y Brusco, 2016; Gené y Longa, 2021; Ramos, 2023; Salerno, 2021; Vommaro, Armelino, Longa, Grandinetti, y Paladino, 2023; Tommasini y Reynares, 2024).
El primer grupo analiza de manera general a las derechas políticas situando su relación con la democracia liberal, su capacidad de generar propuestas atractivas para competir en las elecciones y las coyunturas que propiciaron su ascenso hasta llegar a posiciones de conducción del Estado.
El segundo conjunto se refiere a los estudios sobre las derechas políticas en la escena nacional argentina, entre los cuales sobresale la atención que captó Propuesta Republicana (en adelante, PRO) por ser el primer partido de este signo político en llegar a posiciones de gobierno nacional y provincial por vía electoral. Ciertamente, las investigaciones situadas en este campo superan los análisis electorales e incorporan a sus propuestas la exploración sobre la gestión gubernamental, las estrategias de construcción política, y las ideas y/o sus pertenencias sociales, culturales y/o económicas.
Finalmente, los trabajos que analizan la construcción subnacional de estos colectivos se centraron en Córdoba, Rosario y PBA. En términos particulares, algunos de ellos siguen las trayectorias de referentes específicos y modelos de liderazgo, mientras que otros reconstruyen las capacidades de construcción de poder territorial y su dinámica en la política local.
En especial, centrarse en PBA puede contribuir a los estudios que analizan el crecimiento de las derechas a nivel nacional y/o regional por la relevancia que tiene en la política argentina dado su tamaño, población y peso político (Ollier, 2007; Caminotti, Rotman y Varetto, 2011). Es decir que, a raíz del porcentaje que tiene en el padrón electoral nacional, la cantidad de diputados nacionales que se eligen y la posibilidad que otorga para la visibilidad pública de sus dirigentes, la coloca como un espacio altamente codiciado y atractivo para las diferentes fuerzas políticas.
Por otro lado, en lo respectivo a los estudios subnacionales, el abordaje que se propone aquí puede contribuir al observar el sendero de las “derechas en plural”. Dentro de los hallazgos que se exponen se nota que las derechas políticas tuvieron una gran persistencia a pesar de su fragmentación e inestabilidad.
En el marco de la configuración y adhesión de la representación política contemporánea, el análisis observa que, durante el período seleccionado, las derechas tuvieron “tres tiempos”: la competitividad (2003-2011) que categoriza un momento en el que lograron crear, a partir de alianzas y las candidaturas de personalidades específicas, una oferta atractiva para que la ciudadanía opte por alguna de las opciones de este campo; la marginalidad (2011-2013) que grafica un período en que quedaron excluidas de los esquemas de representación ciudadana; y la integración exitosa (2013-2015), cuyo ciclo se caracteriza por el hito fundante de la victoria de Cambiemos.
En tal sentido, el trabajo se estructura de la siguiente manera. En el primer apartado se otorgan detalles mínimos de la perspectiva teórico-metodológica de la que se desprende el estudio. Allí se realizan los planteos generales que fundan los criterios de selección de la base de datos empírica y las herramientas conceptuales que organizan los “anteojos” para analizarla.
Luego, se detalla el primer tiempo de las derechas. La competitividad (2003-2011) destaca un estrato temporal en el cual los distintos actores de estas fuerzas generaron opciones atractivas para la ciudadanía bonaerense.
En tercer término, se reconstruye el ciclo identificado entre 2011-2013. Allí se observa que, luego de haber alcanzado los mejores resultados de la década, aparecen excluidas de la representación electiva.
Después, se identifica su tercer tiempo: la integración exitosa. Esta temporalidad reconstruye el período 2013-2015, momento donde las derechas cambiaron de estrategia y tuvieron como resultado la victoria de Cambiemos.
En las conclusiones se detallan los principales hallazgos y observaciones en relación a tres dinámicas que atravesaron los tiempos políticos de las derechas: la fragmentación, la persistencia relativa y la inestabilidad.
Precisiones teórico-metodológicas
El tiempo se encuentra en el corazón de la política. Y lo hace no sólo en el marco de los discursos y las promesas que se generan en las contiendas electorales, sino que también está presente en las secuencias y sucesos que hilvanan el devenir de las acciones, en los recorridos que realizan las fuerzas políticas en el marco de sus propuestas, sus objetivos y sus capacidades para cumplirlos.
Para diferentes perspectivas, el tiempo como parte de la acción e interpretación (Koselleck, 2012) forma y hace a una dimensión constitutiva del devenir político. Ello, se articula por la lógica de la contingencia (Laclau, 1990) o por la secuencia de las coyunturas (Zemelman, 1992).
En esta línea, el trabajo pretende analizar el cauce electoral de las derechas políticas en PBA entre 2003 y 2015, período que se recorta en razón a dos cuestiones: por un lado, el punto de inicio se toma porque es la primera elección luego del estallido social de 2001 que marcó un quiebre en el sistema político institucionalizado[2]; por el otro lado, el cierre del ciclo se sitúa en 2015 porque fue el año que marcó la primera victoria de un partido de derecha en PBA.
Para el análisis de esta era se propone un enfoque diacrónico que pretende asociar y clasificar en asociaciones temporales tendencias electorales a raíz de identificar sus grados de durabilidad, en el sentido de estratos (Koselleck, 2001). Se sostiene que este enfoque puede aportar al reconocimiento y delimitación en la sedimentación del cauce de las derechas en el marco de la representación democrática.
Esta perspectiva entiende que el estudio de las temporalidades puede contribuir a captar la especificidad del devenir histórico de los acontecimientos del presente (Valencia García, 2002; Ramos Torre, 1992). De forma que se pretende articular y organizar la acción política según diferentes temporalidades que compactan pautas, normas y criterios, mientras se diferencian por puntos de inflexión que puede marcar el pasaje de una temporalidad a otra.
El análisis de los tiempos políticos propone un enfoque que pretende asociar y clasificar en asociaciones temporales tendencias electorales, discursivas y prácticas a raíz de identificar sus grados de durabilidad. Cada temporalidad tiene sus propias velocidades y tendencias; entonces, cada estrato temporal organiza la experiencia y las expectativas de los actores dentro de la dinámica social de la que son parte (Koselleck, 2001).
Cada temporalidad que se identifica contiene en su interior una densidad similar. Las temporalidades producen una trama de significaciones conexas entre sí a raíz de la secuencia estructural de acontecimientos que se localizan y jerarquizan según el grado de homogeneidad que comparten en relación a su frecuencia y concurrencia (Beriáin, 1997).
Bajo las intenciones declaradas, se toman como principal fuente empírica los resultados electorales de PBA, dado que forman parte de la “coyuntura rutinaria” (Dobry, 1988) de la política. Al ser un elemento instituido y repetitivo en periodos institucionalizados, los resultados electorales son útiles para analizar el devenir de las derechas e identificar su construcción política en función de la adhesión ciudadana que generaron, así como las estrategias que han utilizado para presentarse como una oferta atractiva de cara a los votantes.
A su vez, lo electoral marca un horizonte de expectativa para los actores. Las elecciones suelen ser vistas, no solo como medición de fuerzas y popularidad de los candidatos, sino también como instancias objetivas que posicionan, jerarquizan, clasifican y establecen relaciones entre los diversos colectivos, y entre éstos con la población que buscan representar. Para su análisis se toman tres dimensiones: tendencias homogéneas dentro del porcentaje obtenido, los marcos de las alianzas que realizaron con otros actores y los discursos empleados por los principales candidatos.
En este punto se abre un tercer aspecto que merece atención. De orden conceptual, refiere a lo especifico de lo que se entiende por “derecha(s)”. Es importante comenzar señalando que cualquier definición no terminaría de saldar lo problemático y controversial del concepto (Romero, 1970).
Con la intención de establecer algunas coordenadas mínimas, dada la heterogeneidad de proyectos políticos que conviven en esta tradición de pensamiento y de las diversas mutaciones históricas en relación con otras opciones políticas (Romero, 1970; Bobbio, 2014; Giordano, 2014; Bohoslavsky y Morresi, 2011), se toma la propuesta de Sergio Morresi (2021, p. 6) de considerarla como “campo”, en tanto “espacio de interacción (de colaboración, competencia y conflicto)”.
Se puede reflexionar que partir de esta premisa resulta útil para el artículo. Utilidad, que se argumenta por el objetivo y el norte que lo guía: no se busca puntualizar las trayectorias particulares de los grupos y actores de derecha, sino que se desea abordarlas de forma general. Así, por ejemplo, no se distingue entre la derecha radical o convencional (Mudde, 2019) o las familias del nacionalismo reaccionario y el liberalismo conservador (Morresi, 2019).
Para delimitar el “campo de las derechas” se deben tener en cuenta ciertos márgenes que lo distinguen de otras grupalidades. Sus fronteras pueden identificarse por su actitud positiva frente a la desigualdad, su defensa de las jerarquías sociales, su posición autoritaria y conservadora en lo social y su liberalismo económico (Bobbio, 2014). Estas características configuran cierta gramática compartida alrededor de una visión gerencialista de lo estatal, discursos punitivos, defensa de la propiedad privada y el mercado, crítica a las políticas identitarias de reconocimiento de poblaciones oprimidas/subordinadas, etc.
A su vez, es menester tener en cuenta que, durante el presente siglo, las derechas políticas se han configurado por la relación que establecieron con el kirchnerismo. En términos de la bidimensionalidad que caracteriza a la sociedad argentina desde el siglo pasado (Ostiguy, 1997), el proyecto encabezado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, se constituyó como su exterioridad constitutiva, habilitando la conformación de grupos y/o alianzas.
Un cuarto elemento a tener en cuenta en el abordaje empleado es operativo. Para la clasificación y selección de los casos incorporados y analizados se tomó un criterio representativo y otro organizativo.
Para observar el devenir electoral del campo de las derechas en el terreno subnacional escogido se toma como una primera pauta de inclusión que hayan estado entre los primeros diez lugares en cada elección. Es posible considerar que es un abanico lo suficientemente amplio para observar su capacidad representativa y que, de acuerdo a los porcentajes obtenidos a partir del puesto 11º -en general por debajo del 1%- se puede considerar como marginalidad de la competencia electiva.
Un segundo criterio de selección de la muestra lo impone la trama de configuraciones en que las derechas políticas han participado electoralmente en este espacio subnacional. En la mayoría de las elecciones en las que compitieron lo hicieron mediante alianzas, coaliciones o frentes electorales. Por ello, se toman como referencia inclusiva para el análisis los casos que contaron con un actor/partido político de derecha como referencia política dentro de la oferta electoral provincial. Así, por ejemplo, se excluyen aquellas asociaciones que se dieron para optar por cargos en el plano nacional y que, si bien en PBA tuvieron correlatos, los actores de las derechas políticas no participaron en espacios relevantes de las candidaturas.
Realizadas las aclaraciones pertinentes y presentada la perspectiva teórico-metodológica, a continuación se abordan los tiempos políticos de las derechas en PBA: la competitividad (2003-2011), la marginalidad (2011-2013) y la integración exitosa (2013-2015).
La competitividad (2003-2011)
Durante la primera década del siglo XXI, las derechas políticas generaron ofertas electorales fragmentadas. Sin embargo, si se observa la suma de los resultados obtenidos por cada uno de los frentes o de las coaliciones electorales y los partidos políticos, se podría decir que lograron ser competitivas.
Tabla 1. Suma de porcentajes obtenidos por “el campo de las derechas” en las elecciones realizadas entre 2003-2009.
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Año |
Gobernador |
Diputados |
Senadores |
Intendencias electas |
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2003 |
27,89% |
25,12% |
18,13% |
Escobar (Acción Federalista por Buenos Aires 51,03%) y San Miguel (Frente Popular Bonaerense: 43,61%) |
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2005 |
No se elige |
10,38% |
12,53% |
No se elige |
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2007 |
18,67% |
14,85% |
11,87% |
Escobar (Partido Unidad Federalista: 31,83%) |
|
2009 |
No se elige |
32,21% |
33,23% |
No se elige |
Elaboración propia.
Fuente: Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires.
En términos cronológicos, en el año 2003 el candidato del peronismo, Felipe Sola, logró alcanzar el 43,32% de los votos y quedarse con la gobernación de PBA. Sin embargo, a pesar del gran porcentaje de sufragios y de la diferencia que logró cosechar con el resto de las fuerzas políticas, la segunda y la tercera coalición más votada pueden agruparse en el “campo de las derechas”. Respectivamente, tales lugares fueron logrados por la “Alianza Acción Federalista” cuyo candidato a gobernador Luis Patti obtuvo el 12,39% de los votos, y el “Frente Popular Bonaerense” cuyo representante fue Aldo Rico, quien alcanzó el 11,56%. Más atrás, en el séptimo lugar quedó el “Movimiento Federal Recrear” cuyo candidato, Hernán Lombardi, obtuvo un 3,94%.
Por un lado Patti, que ya era intendente de Escobar, cerró un acuerdo a nivel nacional con el ex presidente Carlos Menem. Su candidatura como gobernador estuvo enmarcada en un discurso de “mano de hierro”[3], a partir del cual intentó disputarle votos a su principal contrincante, Aldo Rico. A ello le sumó un tamiz gerencialista de eficiencia de gestión de recursos públicos y anticorrupción, con el que intentó incorporar la base social de los apoyos ciudadanos a Sola.
Por otro lado, a nivel presidencial Aldo Rico acompañó la candidatura de Adolfo Rodríguez Saá. Su estrategia fue similar a la de Patti: intentar tejer alianzas con una fracción del Partido Justicialista a nivel nacional e intentar captar parte de los apoyos sociales del peronismo bonaerense exacerbando su perfil punitivo[4].
Estas fuerzas, luego de intentar cerrar una alianza, compitieron por la representación de “la familia nacional reaccionaria” a nivel provincial. Ello dio como resultado una división de votos similar y la reducción del horizonte de expectativas parar gobernar la provincia.
Dentro de la vertiente liberal conservadora, Hernán Lombardi fue el candidato provincial de Ricardo López Murphy. En sus planteos, prefirió una retórica de corte más “neoliberal” bajo la propuesta de una reforma político-estatal: la disolución del senado provincial, profundizar la descentralización sosteniendo la autonomía municipal y el ajuste presupuestario[5]. Con este discurso, planteaba una diferencia más grande con sus dos oponentes del “campo de las derechas”. Si Patti y Rico querían disputar con el peronismo, Lombardi entendía que su base de apoyo estaría especialmente vinculada al radicalismo, extendiendo su interés por fuera del conurbano hacia el interior de la provincia[6].
Durante estas elecciones, en la arena legislativa, el “Frente Popular Bonaerense” logró alcanzar el 10,74% obteniendo tres diputados, todos por la primera sección. Por su parte, “Acción Federalista por Buenos Aires” quedó en cuarto lugar con el 9,50% y consiguió dos bancas por la misma sección. Más atrás, sin lograr el ingreso de ningún candidato quedó el “Movimiento Federal Recrear” con el 4,88%.
En 2005 estas fuerzas empeoraron su performance electoral, y la única que logró ingresar al terreno legislativo provincial fue “Alianza Propuesta Republicana” con dos diputados, al alcanzar el quinto lugar (equivalente al 6,78% de los votos).
Por su parte, el partido liderado por Luis Patti consiguió el 3,60% y no obtuvo bancas.
En particular, estas elecciones marcaron la primera incursión del PRO por fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para iniciar su camino en el territorio bonaerense, creó una alianza junto a la agrupación Recrear para el Crecimiento que tenía la intención de diferenciarse de las vertientes autoritarias y conservadoras[7].
En 2007, al igual que en las elecciones anteriores, el candidato peronista del Frente para la Victoria vinculado al gobierno nacional, Daniel Scioli, logró adjudicarse la gobernación con el 48,24% de los votos. Dentro de los partidos de derecha, “Unión-PRO” -con la dupla Francisco de Narváez- Jorge Macri- logró el 14,96% y obtuvo el tercer lugar. “Unidad Federalista” de Luis Patti recibió el 2,45%, lo que lo ubicó en el séptimo lugar, y el frente electoral “Vamos”, encabezado por Juan Carlos Blumberg, alcanzó un 1,26% ocupando el noveno puesto.
La alianza del PRO con De Narváez fue un acuerdo que estuvo vinculado a dos cuestiones: por un lado, la estrategia del empresario para “salir” de las filas justicialistas y despegarse del kirchnerismo y, por el otro lado, la intención del PRO de continuar ampliando su base representativa por fuera de CABA. El perfil que asumió la propuesta tuvo una narrativa punitiva en contra de la inseguridad, la reorganización del orden público y la eficiencia de la gestión que se ponderó como herramienta para la solución de los problemas de los bonaerenses[8].
Por su parte, Patti continuó con la fórmula de la anterior elección: una alianza nacional en el marco del PJ disidente y la exacerbación del discurso punitivo. Esta estrategia discursiva estuvo arraigada en tres ejes: reforma del código penal, impugnación de la gestión en materia de seguridad del peronismo y la conducción política de las fuerzas policiales[9]. A ello le sumó un elemento nuevo respecto al 2003 que refirió a una propuesta asistencial público-privada, con la que pretendió disputar la base de apoyo social del peronismo no kirchnerista y ganar ciertas adhesiones en candidatos territoriales.
Finalmente, Juan Carlos Blumberg utilizó el caudal mediático y público que había cosechado luego de alcanzar trascendencia social a raíz del secuestro y asesinato de su hijo[10]. En tal sentido, continuó con el discurso de la seguridad, desde el cual encabezó múltiples marchas y movilizaciones en contra del gobierno nacional[11]. Luego de un intento fallido por plasmar un frente antikirchnerista con Macri[12], Blumberg no pudo capitalizar electoralmente en la arena provincial las expectativas de sus apoyos sociales.
Respecto a lo legislativo, en 2007 mantuvo las tendencias anteriores en el panorama general, aunque comenzaron a acrecentarse las brechas entre las diversas fuerzas. En tercer lugar, quedó “Unión-PRO” con el 11,20%, equivalente a siete diputados; por su parte, tanto “Unidad Federalista” con el 2,39% como “Recrear para el Crecimiento” con 1,26%, no lograron bancas. En estas elecciones fue la primera vez que pudo obtener bancas en el Senado “Unión-PRO”: con el 10,77% de los sufragios consiguió dos bancas, mientras que “Recrear para el Crecimiento” quedó en el puesto diez con 1,10%.
En 2009, “Unión-PRO” alcanzó el 31,81% de los votos y logró 15 bancas en la Cámara de Diputados provincial, mientras que “Nueva Unión Ciudadana” quedó con el 0,40%. Particularmente, estas elecciones se encontraron atravesadas por el conflicto entre el gobierno nacional y las patronales agropecuarias. Este conflicto resignificó los clivajes interpretativos y representativos en la sociedad argentina en el marco del kircherismo-antikirchnerismo, lo que propició un aumento del caudal de apoyos hacía coaliciones no kirchneristas en diferentes lugares del territorio nacional. En Senadores, “Unión-PRO” obtuvo el primer lugar con el 32,90%, logrando 7 senadores provinciales y “Nueva Unión Ciudadana”, el 0,33%.
De tal manera, es posible observar que esta temporalidad estuvo caracterizada por la competitividad de las derechas en este territorio subnacional. La base de esta argumentación es que durante estos años pudieron representar a casi un cuarto del electorado bonaerense. Sin embargo, a partir de 2011 comenzó a generarse un nuevo tiempo de marginalidad. Sobre ello se trabaja en el siguiente apartado.
La marginalidad (2011-2013)
El resultado de las elecciones legislativas de 2009 fue el punto más alto de las derechas políticas en PBA. En particular, la coalición “Unión-PRO” fue una alianza pragmática y coyuntural que tenía el objetivo de representar y acumular el descontento de un sector de la sociedad que se había manifestado en 2008 durante el conflicto con el campo y el gobierno nacional. Si bien eso se logró, el frente liderado por Macri y De Narváez no pudo construir un proyecto compartido, y las tensiones entre los liderazgos personalistas de ambas fuerzas eclosionaron la apuesta conjunta en 2010 (Vommaro, Morresi y Belloti, 2015).
Para las elecciones de 2011, Francisco De Narváez optó por llevar adelante una alianza con el radicalismo. La coalición de De Narváez con Raúl Alfonsín fue leída desde el PRO como una estrategia que le disputaría caudal de votantes y perjudicaría sus ambiciones[13]. Por su parte, para la marca partidaria conducida por Mauricio Macri, no competir en lo nacional desincentivó el armado de una lista propia en el territorio provincial, ya que concentró todos sus recursos en consolidar su poder en el epicentro porteño.
Un año antes había reaparecido públicamente Eduardo Duhalde en el territorio bonaerense. Duhalde buscaba agrupar las fuerzas disidentes del territorio provincial para construir una oposición al gobierno nacional y lanzar su candidatura como presidente en 2011[14]. La magnitud de esta figura propició que el PRO formase parte del “Frente Popular”. Así, apoyó como candidato a gobernador a Eduardo Amadeo, quien cosechó el 5,91% de los votos.
La alianza dentro de PBA fue una estrategia que impulsó Jorge Macri, quien optó por disputar el municipio de Vicente López a raíz de los datos de las encuestas[15], territorio en el cual se terminó consagrando como intendente con 38,42% de los votos. Sin embargo, por el lugar ocupado en las listas legislativas y los resultados electorales en las distintas secciones, el PRO no logró obtener ninguna banca en diputados y en senadores.
Tabla 2. Suma de porcentajes obtenidos por las derechas políticas en las elecciones realizadas entre 2011-2013
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Año |
Gobernador |
Diputados |
Senadores |
Intendencias electas |
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2011 |
5,91% |
6,13% |
5,69% |
Vicente López (Frente Popular: 38,42%) |
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2013 |
No se elige |
0,60% |
0,92% |
No se elige |
Elaboración propia
Fuente: Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires.
Durante las elecciones de 2013, momento de una segunda oleada reaccionaria al kirchnerismo (Vommaro, 2017), el PRO propuso como candidata a Gabriela Michetti, quien decidió bajarse de la carrera legislativa bonaerense. En su lugar apareció Carlos Melconian, pero no contaba con buena imagen en las encuestas. Del lado del único intendente bonaerense, la fracción ligada a Jorge Macri intentaba revivir “Unión-PRO”, opción que no tenía el visto bueno de la cúpula porteña por la cercanía de De Narváez con Daniel Scioli[16].
Finalmente, el PRO decidió no competir con marca propia en este territorio. Por iniciativa de su único intendente, se incluyó como parte del “Frente Renovador”, espacio liderado por Sergio Massa. Según los integrantes, la intención era no diversificar los votos antikirchneristas[17].
En términos sintéticos, estos fueron acuerdos que marginaron al PRO de los principales lugares de discusión del territorio bonaerense e, incluso, disminuyeron los espacios legislativos obtenidos. Además, esta estrategia de no presentar lista propia dejó al partido al borde de perder la personería jurídica en el territorio provincial[18].
Así, en el periodo 2011-2013, las derechas no aparecen como figuras relevantes en el mapa del sistema político institucionalizado en lo que respecta a la gobernación y a la arena legislativa. A pesar de los resultados y las estrategias empleadas en este período, las proyecciones por contar con un candidato presidencial en 2015 marcarían el inicio de otro tiempo: una vuelta a integrarse y comenzar a instalar una competidora propia con el objetivo de disputar la conducción del sector antikircherismo.
La integración exitosa (2013-2015)
Luego de la experiencia fallida de 2013 en la que el PRO intentó sumarse al “desprendimiento conservador” del kirchnerismo, la alianza llegó a su fin. Para un partido con ambiciones presidenciales, subsumirse totalmente a otra fuerza personalista en un territorio tan relevante para la política argentina podía poner en riesgo sus objetivos y sus expectativas en un contexto de recambio presidencial.
Por los malos resultados obtenidos, Mauricio Macri comenzó a trazar una estrategia de construcción política en PBA con una candidata propia que le permitiese competir electoralmente y, en caso de ganar, tener “confianza” para gobernar en conjunto (Vidal, 2021).
Con un “perfil social” que supo construir alrededor del Ministerio de Desarrollo Social de CABA, María Eugenia Vidal y el PRO estructuraron su estrategia de construcción política mediante, al menos, tres ejes: replicar el clivaje cambio vs. continuidad que utilizó la compañía nacional, alcanzar mayor contacto territorial con las “estrategias de proximidad” vinculadas al timbreo (Annunziata, Ariza y March, 2018) en relación con los recorridos realizados en conjunto con el único intendente de su fuerza, Jorge Macri, y su aparición en medios de comunicación de alcance masivo y una agenda segmentada de redes sociales.
Por su parte, su oferta electoral estuvo sintetizada en cuatro elementos: políticas sociales, adecuándose al contexto de enunciación del “consenso” inclusivo y redistributivo a partir del cual intentó resaltar su perfil social para disputar apoyos sociales -especialmente en el conurbano bonaerense-; infraestructura, con el cual intentó realizar una propuesta de “porteñización” provincial mediante la obra pública prometiendo replicar lo que había sido la experiencia del Metrobús en CABA; seguridad, en el marco del discurso del orden y la caracterización de ciertos actores estatales y paraestatales como “mafias”; y modernización del Estado, como parte del discurso gerencialista que caracterizó al PRO sobre la eficiencia y renovación de las estructuras burocráticas.
Así, el campo de las derechas encontró una candidata “propia” y logró tejer acuerdos nacionales y provinciales que le propiciaron la victoria. María Eugenia Vidal del PRO, mediante la coalición “Cambiemos”, pudo en 2015 resquebrajar la hegemonía peronista en el territorio bonaerense e imponerse sobre Aníbal Fernández con el 39,42% de los votos.
En particular, Cambiemos se enfrentó a un peronismo fragmentado en diversas propuestas, lo que favoreció la dispersión de los votos en el territorio bonaerense (Salerno y Cao, 2023). Este elemento pudo haber sido un factor que ensanchó la ventana de oportunidad para que las derechas políticas gobernasen PBA por primera vez en el marco de una alianza antikirchnerista.
En los términos de la alianza, la estructura de Cambiemos le permitió al PRO un mayor protagonismo en los espacios locales. Por su parte, sus socios obtuvieron mayor relevancia en la discusión pública, tanto a nivel nacional como provincial, cuestión que habían perdido con la crisis del 2001[19] donde redujeron su caudal electoral y tuvieron que redefinir su identidad (Gallo, 2018).
Tabla 3. Resultados obtenidos por las derechas en las elecciones 2015
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Año |
Gobernador |
Diputados |
Senadores |
Intendencias electas |
|
2015 |
39,42% |
37,58% |
34,27% |
Mar del Plata (Agrupación Atlántica: 47%) , General Rodríguez (PRO: 33,48%), Junín (PRO: 41,87%), La Plata (PRO: 41,64%), Lanús (PRO: 37,4%), Las Flores (PRO: 45,08%) , Morón (PRO: 45,54), Nueve de Julio (PRO: 51,23%), Olavarría (PRO: 45,44%), Patagones (PRO: 50,63%), Pergamino (PRO: 50,82%), Pilar (PRO: 46,48%), Pinamar (PRO: 38,84%), Quilmes (PRO: 44,09%), Tres de Febrero (PRO: 43,54%), Vicente López (PRO: 54,95) Dolores (PRO: 42,16%), Coronel Suarez (PRO: 51,06%), Coronel Rosales (PRO: 46,78%) , Campana (PRO: 45,86%) y Bahía Blanca (PRO, 43,52%). |
Elaboración Propia
Fuente: Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires.
Esta victoria tuvo un especial correlato en la arena legislativa donde “Cambiemos” obtuvo 19 diputados y 13 senadores provinciales. Del PRO, en diputados ingresaron dos por la primera sección, tres por la cuarta, uno por la quinta y por la séptima. Respecto a los senadores, ingresaron uno por la segunda sección, dos por la tercera, al igual que por la sexta y octava.
Además, las derechas lograron ampliar su base territorial al controlar 21 municipios (20 del PRO y uno de Agrupación Atlántica), aunque su expansión territorial todavía fue débil: del total de PBA, solo pudieron controlar el 15,56% de los municipios, mientras que el resto fueron intendentes del radicalismo, que obtuvo y siguió controlando la mayor parte de la política local dentro de Cambiemos.
En síntesis, el ascenso de la derecha en estas elecciones fue inesperado. Esta afirmación toma relieve si se tiene en cuenta que en la temporalidad anterior había tenido altos grados de marginalidad y por los consensos alcanzados respecto a la intervención del Estado, los derechos y lo público. Sin embargo, se podría referir que el “perfil social” de Vidal y la “sobreadaptación programática” (Rovira Kaltwasser, 2019) del PRO a nivel nacional le permitieron crear una oferta con una candidata atractiva para la representación ciudadana. Respecto a esto último, parte de su base electoral en 2015 no correspondió tanto a una “derechización del voto bonaerense”, sino que pudo haber sido parte del “voto bronca” al oficialismo peronista (Brusco, Cid y Porta, 2017) luego de varias décadas de hegemonía y el desgaste que aquel tuvo en diferentes niveles gubernamentales.
Conclusiones
El trabajo pretendió analizar el recorrido de las diversas fuerzas políticas que han integrado el campo de las derechas dentro del territorio bonaerense entre 2003-2015. En ese sentido, es posible elaborar diversas conclusiones.
En primer lugar, en términos de alianzas y candidaturas, algunas optaron por mantenerse con candidaturas “puras”, otras por ofertas “híbridas” y las últimas por el “entrismo” (Morresi, 2023). En particular, las candidaturas “puras” son aquellas que no realizaron alianzas con otros sectores o cuyos candidatos no tuvieron trayectoria en las fuerzas mayoritarias (Partido Justicialista y Unión Cívica Radical). Las “hibridas” son las que combinaron posiciones con desprendimientos y/o actores que provenían de los partidos mayoritarios. El “entrismo” designa una táctica de crear alianzas con fracciones del peronismo conservador o neoliberal, usando su marca altamente competitiva en este territorio y posicionando a integrantes propios como candidatos.
En segundo lugar, tanto en el área legislativa como ejecutiva del nivel provincial, las adhesiones ciudadanas y las propuestas electorales del “campo de las derechas” muestran tres tendencias. En principio, es posible destacar una suerte de fragmentación de la oferta. Hasta 2015, en general, se presentaron en diversas listas con estrategias específicas que segmentaron los votos y redujeron sus posibilidades de acceso al control estatal, lo que pudo haber disminuido la estructura de incentivos para afianzar armados territoriales en el nivel municipal así como la perdurabilidad de las agrupaciones.
Luego, se puede identificar cierta inestabilidad en lo referido a los apoyos ciudadanos, en las propuestas políticas y en la capacidad de tener una oferta electoral consistente. Los apoyos sociales que obtuvieron fueron volátiles, ninguna propuesta política perduró por más de dos períodos eleccionarios y tampoco lograron presentarse en todas las elecciones.
En relación con la anterior tendencia, se puede distinguir una relativa persistencia que han tenido las derechas en el terreno provincial. A pesar de sus dificultades por asentarse y generar una estructura territorial que le permitiese obtener cierta consistencia, lograron estar presentes en la mayoría de los momentos e intentar diversas formas de acceso al poder.
En este marco, se abre una tercera conclusión que hace referencia a la debilidad territorial de las derechas. Como señalan diversos autores, ya sea por “difusión” o “penetración” (Panebianco, 1990; Cruz, 2019), la consolidación de estructuras partidarias a nivel territorial es un elemento que posibilita que los partidos políticos perduren en el tiempo (Holland, 1990). La incapacidad y/o imposibilidad de crear tales formas organizativas arraigadas localmente pudo haber sido una de las dinámicas que expliquen la fluctuación partidaria en el escenario provincial de las derechas.
Para finalizar, vale decir que, luego de la integración exitosa, a las derechas se les abren nuevos horizontes, objetivos y desafíos. Estos elementos deberían observarse en la instancia gubernamental de Cambiemos, en las distintas arenas competitivas, en las relaciones que se establecen dentro de este campo y, especialmente, en el surgimiento y desarrollo de nuevos actores.
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[1] El artículo es el resultado de una investigación que se encuentra en su etapa de finalización en el marco de la divulgación y difusión de sus hallazgos. La misma se realiza en el marco de una beca doctoral financiada por CONICET-Argentina titulada “Partidos políticos, hegemonía y poder. El caso de la construcción política del PRO (2002-2019)”.
[2] A pesar de la crisis del sistema político ocurrida en 2001, PBA no logró generar autonomía de su sistema electivo como sucedió en otras provincias (Calvo y Escolar, 2005). En este marco, a partir de este punto de quiebre se comenzó a producir un reordenamiento de las fuerzas políticas preexistentes, nuevos antagonismos y, con el transcurrir de los años, la emergencia de nuevos actores (Mauro, 2011; Mauro y Brusco, 2016).
[3] “`Mano de hierro´ en la provincia prometió el candidato Luis Patti”, en Página12, 16 de enero de 2003. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-15406-2003-01-16.html. “Patti dice que Solá cambia planes sociales por votos”, en Clarín, 1 de septiembre de 2003. Recuperado de https://www.clarin.com/politica/patti-dice-sola-cambia-planes-sociales-votos_0_S1578UlxRFg.html?srsltid=AfmBOoryhPXTq6RMJLLY5CP4sYbKupg82v6SR_Wz4vxuoRrqaDW0t8Ua
[4] Vales, L., “Rugidos desde el sótano: Aldo Rico arenga su regreso desde San Miguel”, en Página12, s/f. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/2000/00-04/00-04-08/pag05.htm“Aldo Rico, una gestión signada por el alto perfil y la polémica”, en La Nación, 7 de septiembre de 2003. Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/politica/aldo-rico-una-gestion-signada-por-el-alto-perfil-y-la-polemica-nid525521/
[5] “Aldo Rico, Hernán Lombardi y Luis D`Elia eligieron la ciudad para hacer campaña”, en El Día, 22 de agosto de 2003. Recuperado de https://www.eldia.com/nota/2003-8-22-aldo-rico-hernan-lombardi-y-luis-d-elia-eligieron-la-ciudad-para-hacer-campana
[6] Capriata, L. “Un ex funcionario de De la Rúa se postula como gobernador”, en La Nación, 28 de febrero de 2003. Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/politica/un-ex-funcionario-de-de-la-rua-se-postula-como-gobernador-nid477138/. “Según Lombardi, la lista del PJ es el "tren fantasma"”, en La Nueva, 26 de agosto de 2003. Recuperado de https://www.lanueva.com/nota/2003-8-26-9-0-0-segun-lombardi-la-lista-del-pj-es-el-tren-fantasma
[7] “El frente de Macri y Murphy tiene nombre: Propuesta Republicana”, en Clarín, 28 de abril de 2005. Recuperado de https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/frente-macri-murphy-nombre-propuestarepublicana_0_r1WMWJukAKx.html
[8] “Macri presentó la fórmula del PRO para la Provincia”, en Ámbito, 29 de agosto de 2007. Recuperado de https://www.ambito.com/politica/macri-presento-la-formula-del-pro-la-provincia-n3447793. “Macri apoyó a De Narváez y a su primo Jorge para la provincia”, en Página12, 30 de agosto de 2007.Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-90523-2007-08-30.html.
[9] Rodríguez, S. “La pelea de semi-fondo es en Buenos Aires”, en Pagina12, 27 de octubre de 2007. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-93630-2007-10-27.html
[10] Su hijo, Axel Blumberg, fue víctima de un secuestro seguido por asesinato. Luego de que se conociera la noticia (que alcanzó altos grados de mediatización) Juan Carlos Blumberg convocó a una serie de manifestaciones que contaron con gran concurrencia.
[11] “La marcha de Blumberg provoca adhesiones y rechazos a granel”, en Página12, 30 de agosto de 2006. Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-72235-2006-08-30.html. “Siempre me decían ingeniero, ingeniero, y uno se acostumbró”, en Clarín, 17 de junio de 2006. Recuperado de https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/siempre-decian-ingeniero-ingeniero-acostumbro_0_HyYO5xkAYx.html?srsltid=AfmBOooalC2uZobOPO73diWQM2vSmhwoG-ojMhegUd51PUWG9qFlGYPA.
[12] “Blumberg insiste en que la oposición debe "unirse", en Ámbito, 11 de julio de 2007. Recuperado de https://www.ambito.com/politica/blumberg-insiste-que-la-oposicion-debe-unirse-n3413829.
[13] “La candidatura de Jorge Macri por el PRO, en duda”, en Minutouno, 7 de junio de 2011. Recuperado de https://www.minutouno.com/la-candidatura-jorge-macri-el-pro-duda-n147900.
[14] Morales, J. P., “Duhalde, un cerebro detrás de Macri, Solá y De Narváez”, en La Nación, 13 de febrero de 2009. Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/politica/duhalde-un-cerebro-detras-de-macri-sola-y-de-narvaez-nid1099405/?R=b74c82.
[15] “Macri y Duhalde buscan cerrar un acuerdo para la Provincia”, en Clarín, 17 de junio de 2011. Recuperado de https://www.clarin.com/elecciones/Macri-Duhalde-buscan-acuerdo-Provincia_0_ryYrT1Zpw7g.html?srsltid=AfmBOopbF0-aQcsfNf60po3R-icnPlz-IJOzMRbeY0FT6gsDajlADX15.
[16] “Sinceridad de Jorge Macri: `en el Pro somos parte del Frente Renovador´”, en Letra P, 1 de agosto 2013. Recuperado de https://www.letrap.com.ar/nota/2013-8-1-sinceridad-de-jorge-macri-en-el-pro-somos-parte-del-frente-renovador.
[17] Ibid.
[18] “Freezado en la interna del Pro, Jorge Macri se desespera con la llegada de Posse”, en Letra P, 15 de enero de 2015. Recuperado de https://www.letrap.com.ar/nota/2015-1-15-freezado-en-la-interna-del-pro-jorge-macri-se-desespera-con-la-llegada-de-posse.
[19] La crisis del 2001 llevó a la renuncia de Fernando De La Rúa, presidente radical que conducía el frente electoral “Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación”, conformada como una coalición antiperonista. Esta experiencia marcó el derrotero del radicalismo durante el siglo XXI.